MAITE HERNÁNDEZ Y FÉLIX VILLALBA
SEGUNDAS LENGUAS E INMIGRACIÓN
RESUMEN
La escolarización de niños y jóvenes inmigrantes en España ha seguido un proceso similar al del resto de países de nuestro entorno. La mayoría de las administraciones educativas suelen tardar mucho tiempo en reconocer las verdaderas necesidades formativas que acompañan a los nuevos estudiantes. La consideración social del inmigrante prevalece frente a análisis más detallados de carácter educativo. De este modo, cuando el estudiante inmigrante posee una lengua materna distinta a la que se emplea en la escuela para la transmisión del currículum, suele sufrir un desfase curricular que dificulta notablemente su proceso formativo.
Con este pequeño artículo pretendemos abrir un debate sobre las medidas más adecuadas para la escolarización de niños y jóvenes inmigrantes y sobre todo, para la enseñanza de una segunda lengua en y para el contexto escolar.
Esperamos que este tema resulte de vuestro interés y que entre todos podamos aportar soluciones técnicas que ayuden a mejorar la escolarización de estos chicos.
ARTÍCULO
Es evidente que en la actualidad sigue faltando una política educativa clara con respecto a la escolarización de niños y jóvenes extranjeros. Nuestro sistema educativo, pese a defender el principio de igualdad de oportunidades para todos los alumnos, no garantiza su cumplimiento para los estudiantes con lenguas maternas (Lm) distintas a la de la escuela. El derecho a la educación es algo más que la posibilidad de ocupar una plaza escolar, pues supone tener derecho a una educación de calidad y con un mínimo de garantías de éxito escolar.
Esta es una situación que no depende del tiempo. Así, en nuestro país, pese a llevar más de veinte años con experiencias acumuladas en este campo, seguimos encontrando las mismas respuestas que se dieron en los primeros momentos de llegada de los inmigrantes. Se vuelve a plantear que no hace falta hacer nada específico para que los estudiantes extranjeros aprendan la nueva lengua. Se considera que la edad de los aprendices y la riqueza de estímulos del contexto escolar sirven por sí mismos para que se produzca el aprendizaje. Esta idea del laissez faire lleva, la más de las veces, a la inacción y a la marginación del joven inmigrante. ¿Cómo se puede pretender que el aprendizaje de algo tan específico y complejo como es la lengua de la escuela recaiga exclusivamente en el propio aprendiz? ¿Es así como querríamos que estudiasen nuestros hijos en una situación similar en un país extranjero?
En esencia, tampoco es un problema de signo político; administraciones educativas de distinto orientación comparten iguales planteamientos y equívocos. A nuestro entender, el problema tiene que ver con la negación de una evidencia: la necesidad que tienen los estudiantes extranjeros de aprender la lengua con la que se transmite el currículo escolar y se regulan las actividades formativas. Frente a esta realidad se ha articulado únicamente un discurso basado en la educación en valores y en propuestas pedagógicas ambiguas englobadas en el campo de la interculturalidad. Con frecuencia, en la base de este planteamiento está la idea de las diferencias culturales de los aprendices, pese a estar hablando de unos grupos de edad en los que dichos valores están todavía formándose. En este marco el objetivo es el respeto, la tolerancia, la convivencia o la integración. Apenas se habla de lengua y eso, precisamente, es lo que se echa en falta en las políticas educativas actuales. Resulta difícil entender que si el desconocimiento de la L2 es el problema de muchos de los jóvenes inmigrantes, no se hable de enseñanza/ aprendizaje de lenguas en casi ningún momento. En consecuencia, se sigue careciendo de un currículo específico sobre enseñanza de segundas lenguas (L2) que oriente la actividad de los profesores que trabajan con grupos de estudiantes extranjeros y que, sobre todo, reconozca la especificidad de este aprendizaje.
Al profesor no se le dan respuestas de actuación en su quehacer diario, con lo que la sensación de frustración aumenta porque no sabe cómo actuar con los nuevos estudiantes extranjeros. El conocimiento de supuestas diferencias y referentes culturales, la adopción de actitudes solidarias y de respeto hacia los demás etc., no proporciona respuestas para enseñar una segunda lengua. No sirve para saber cómo explicar las diferentes áreas a estudiantes con Lm distintas, y mucho menos, para trabajar y desarrollar las técnicas básicas de lectoescritura. En otras palabras, para explicar matemáticas en una segunda lengua habrá que saber las características que supone escuchar, leer y escribir en una lengua que no es la propia. El profesor necesita descripciones concretas sobre cómo organizar su discurso y cómo adaptar los contenidos y actividades diarias a los estudiantes que tendrán que recibirlas y realizarlas en una L2. El punto de partida consiste en enteder que la lengua de la escuela es muy diferente de la que se emplea en situaciones sociales de la vida cotidiana y, a diferencia de lo que se suele pensar, no es sólo un problema léxico, sino que se extiende al “…conjunto de recursos verbales y no verbales que se utilizan para la transmisión y apropiación del currículo educativo. Por tanto, también incluye los esquemas de conocimiento que se activan, la forma en que se procesa la información, los roles que desempeñan los distintos participantes, los textos que se manejan y el modo en que se utilizan las diferentes destrezas lingüísticas”.
Frente a esto, se siguen priorizando los componentes socioculturales de los estudiantes asociados a una imagen del inmigrante como la del pobre desheredado de la fortuna. Es este sentido carencial el que lleva a destacar prácticas asistenciales y compensatorias olvidándonos de las medidas técnicas generales que se aplican en el contexto escolar. Un ejemplo de esta afirmación tiene que ver con las medidas de orientación y diagnóstico inicial de estos alumnos. A estos estudiantes rara vez se les puede evaluar o diagnosticar adecuadamente porque no se dispone de pruebas específicas adaptadas y traducidas a las diferentes lenguas maternas. Con todo, se les sigue considerando alumnos con necesidades educativas especiales, pese a que no se pueda determinar concretamente en qué consisten éstas. Resulta frecuente confundir con problemas educativos los comportamientos comunes a los procesos de aprendizaje de una nueva lengua.
Así las cosas, no es de extrañar que se siga pensando que el problema deriva del propio inmigrante más que de la falta de respuestas del sistema educativo. En consecuencia, se habla de repartir inmigrantes o de atenderlos en programas específicos para que no interfieran el desarrollo normal de los grupos ordinarios. Y en este escenario se ha instalado un cierto fatalismo respecto a las posibilidades reales de progreso educativo de ciertos colectivos de inmigrantes, con independencia de las capacidades reales de cada individuo en particular.
Cummins llega a hablar de racismo institucional para referirse a las medidas educativas que alejan a los estudiantes inmigrantes, o de otros grupos minoritarios, de una educación de calidad y con iguales exigencias cognitivas que la que se aplican al resto de alumnos. Como estamos convencidos de que en nuestro país no es la falta de voluntad lo que nos acerca a la descripción propuesta por el autor canadiense, creemos que el problema real radica en que se sigue pensando en inmigrantes cuando se habla de estos temas. La actitud sería totalmente diferente si se tratase de estudiantes comunitarios (ingleses, alemanes…) como son los que están instalados en el litoral levantino. Paradójicamente los procesos de aprendizaje de una nueva lengua y las exigencias que supone su uso en el medio escolar son similares en todos los casos. Proponemos dejar de hablar de estudiantes inmigrantes o con necesidades educativas especiales y emplear el término de alumnos de español (o de cada lengua autonómica) como segunda lengua. Cambios en la orientación didáctica que junto al deseo de apostar por la educación de futuros ciudadanos (con independencia de su extracción social o del origen de su familia) han demostrado ser la verdadera clave del éxito en este campo.
Para terminar, si se piensa en problemas al hablar de la escolarización de estudiantes inmigrantes sólo se obtienen excusas para no encontrar soluciones, pues todo es muy complejo. Si por el contrario, partimos de las demandas sociales reales, buscaremos soluciones técnicas. La sociedad española necesita profesionales preparados para trabajar en los diferentes sectores productivos pero también, ciudadanos críticos y participativos. Ambas demandas serán difíciles de satisfacer si los nuevos ciudadanos no poseen un conocimiento amplio de la lengua que les permita participar en la vida social de la comunidad y acceder a diferentes procesos formativos.
Artículo remitido por los autores a marcoELE, publicado en Escuela, núm. 3776 (238), del día 14 de febrero de 2008
Félix Villalba escribió
Estimados amigos:
Este es un pequeño mensaje de bienvenida a este debate que pretende ser un lugar de encuentro y discusión sobre el tema de la enseñanza de las Segundas Lenguas (L2)
Espero que entre todos aportemos ideas que puedan impulsar este campo y, por extensión, el de la enseñanza del español.
Un saludo,
Félix Villalba
Remedios Roldán escribió
Buenas.
Acabo de leer el artículo y estoy de acuerdo prácticamente con todo lo que se dice. Mi pregunta (que lanzo a todas las personas que se animen a formar parte de este debate) es
¿Cómo podemos, desde nuestra posición de profesores de aulas de enlace, llevar a cabo acciones efectivas destinadas a intentar que la situción cambie y se nos escuche desde la administración?
Que conste que no lo digo desde una posición conformista y resignada; sino porque de verdad desconozco qué se podría hacer. Cómo podríamos movernos todos un poco con el fin de que las cosas mejoren.
Un saludo a todos.
Remedios Roldán
Maite Hernández García escribió
Hola Remedios:
Yo creo que se pueden hacer muchas cosas. En primer lugar, tomar conciencia de lo aque les falta a estos programas para después demandar soluciones. Soluciones que tienen que ver con instrumentos técnicos. Pidiendo currículos y programaciones, orientaciones, pruebas de evaluación… Pidiendo medidas para enlazar lo trabajado en este tipo de aulas con las clases ordinarias donde se integrarán los estudiantes… Solicitando informes detallados de estos alumnos cuando llegan a las aulas… Pidiendo que los libros de texto de enseñanza de español o de la L2 se subvencionen como el resto de los libros de texto. En fín, demandando que las clases que se imparten en las Aulas Enlace (u otros programas de enseñanza de la L2) sean como las de las demás áreas curriculares.
Un saludo,
Maite
María Jesús Llorente Puerta escribió
Saludos a todo el mundo,
He leído el artículo que se plantea como punto de partida de este interesante debate y me he encontrado con algunas afirmaciones que llaman realmente mi atención, en concreto se dice: » Se vuelve a plantear que no hace falta nada específico para que los estudiantes aprendan la nueva lengua.»
¿Realmente esto es así?. Cuando recientemente aparecen en la prensa noticias
http://www.elcomerciodigital.com/gijon/20080221/sociedad/inmigrantes-pasan-seis-meses-20080221.html
como que en Finlandia los inmigrantes pasan seis meses en aulas especiales para aprender finés y, una vez incorporados al aula ordinaria, tienen clases de apoyo de L2 fuera del horario escolar y, aunque me da la impresión de que la realidad escolar de Finlandia no se asemeja mucho a la del territorio español, parece ser que en Cataluña se quiere implantar una experiencia similar…
Completamente de acuerdo con que son necesarias medidas específicas y mayor concreción en todo lo relacionado con el español (o la lengua autonómica) como L2. Hay medidas concretas de atención al alumnado extranjero (inmigrante) en todas las Comunidades Autónomas (aunque varíen enormemente según las CCAA e, incluso, dentro de las provincias), la mayoría contemplan aspectos relacionados con la enseñanza de la lengua (la de la sociedad de acogida, claro, la materna sería ya la bomba), hay aulas de inmersión, pero, en algunos casos, ni siquiera los docentes de esta aula tienen clara su actuación, si esto es así ¿Cómo lo va a tener el resto del profesorado?
Por último –que ya me estoy extendiendo demasiado-. El título de este debate tiene un arranque negativo, en términos de carencia. Propongo darle la vuelta y hablar de oportunidades de cambio y retos educativos.
Un afectuoso saludo,
Maje.
María Jesús Llorente Puerta escribió
Acabo de ver en el debate sobre Inmigración y enfoque intercultural en la enseñanza de segundas lenguas en Europa, del cvc, la polémica que ha suscitado la iniciativa catalana. Desconozco los detalles específicos de la propuesta, pero…. ¿no contradice los postulados de la LOE (Tit. II, Cap I, art. 79) que, tras hablar del desarrollo de programas específicos para los alumnos que presenten graves carencias lingüísticas, señala que «El desarrollo de estos programas será en todo caso simultáneo a la escolarización de los alumnos en los grupos ordinarios, conforme al nivel y evolución de su aprendizaje»? ¿O quiere esto decir que un estudiante puede estar escolarizado en un centro y adscrito a un grupo al que no acude???
saludos
Amaya L. escribió
Observo no pocas contradicciones en el artículo de F. Villalba. Si dedemos hablar de enseñanza a alumnos de español (¿de castellano?), y el propio autor dice que no se hablaría igual si muchos de los aprendientes fueran ingleses de la costa levantina (lo que habría que ver), para qué siguen los autores departiendo en cada rincón sobre español para inmigrantes. ¿Será que el gancho comercial es ése? Un poco de seriedad se agradecería.
Félix Villalba escribió
Estimada Amaya:
He vuelto a leer el artículo y creo que en ningún sitio hablo de español para inmigrantes y sí de español (o de la lengua de cada comunidad) como segunda lengua. Es en ese marco donde se inscribe la reflexión que planteamos y las similitudes entre los estudiantes.
En cuanto a las contradicciones, pues sí, con nuestra edad debemos tener muchas, pero creo que en esto de las L2 procuramos que sean las mínimas.
Por otra parte, ojalá este campo tuviese salida comercial, pues eso significaría que dispondríamos de mejores materiales porque las editoriales se habrían interesado en editarlos.
De todas las maneras Amaya, convendrás conmigo que el verdadero sentido de este pequeño debate debe ser hablar sobre cómo mejorar la atención educativa a los niños y jóvenes inmigrantes. Al menos nosotros eso es lo que hemos pretendido con este articulito.
Espero que entre todos podamos aportar propuestas de mejora que supongan una mejor atención a estos estudiantes.
Un saludo,
Félix Villalba
Amaya L. escribió
Hablemos de educación inclusiva… ¡¡no de atención a jóvenes inmigrantes! Precisamente, debido a nuestra edad, debemos procurar ser consecuentes con nuestras actuaciones. Las declaraciones de principio son una herramienta más, no una finalidad. Hablar de lengua nueva, de L2 para todos (alemanes, ingleses o rifeños) es lo propio. Seguir definiendo la adquisición de una lengua en términos de carencias es seguir en una actitud de segregación entre extranjeros. Si lo que se pretende es pedir a la Administración que atienda las necesidades de renovación / adecuación / actualización de un curriculum, hagámoslo en términos de inclusión, de promoción de lenguaS nuevaS (no sólo del castellano sino del euskera, del catalán o del gallego…) y, por favor, dejemos de hacer de la inmigración y de la escolarización de los hijos de familias inmigrantes un nuevo producto de mercado. A río revuelto… ya se sabe…
Félix Villalba escribió
Estimada Amaya L.
Para ser consecuentes creo que algo falla en tus argumentaciones pues me atribuyes ideas y afirmaciones que no están en el artículo que aquí se reproduce. Yo no hablo de escuela inclusiva ni de español, ni de castellano. En cuanto a las similitudes o no de los aprendices de L2 te recomiendo la lectua de un libro muy interesante y ameno de Susana Pastor precisamente sobre este tema. Mi postura personal al respecto la puedes consultar en cualquiera de los artículos que he escrito en los últimos años. Hablo de Segundas Lenguas y yo no soy precisamente el que emplea el término Nueva Lengua.
Intentaré volver al tema del debate dejando de lado las alusiones e insinuaciones personales pues creo que están fuera de lugar y que si no se es más explícito no sé si interesarán.
De tus afirmaciones me da la sensación de que has leído poco sobre este tema. Creo que en los documentos que hemos elaborado en los últimos años hablamos de Segundas Lenguas en el sentido más amplio del término. El Manifiesto de Santander está traducido a todas las lenguas cooficiales de España y, sobre todo, en éste como en las Propuestas de Alicante han participado profesores y expertos de toda España. Creo que tienes que leer algunas de estas cosas.
El resto de tus argumentaciones, sinceramente me cuesta entenderlas. Ni en el artículo, ni en nada de lo que he escrito se habla de inmigrantes como alguien con carencias. Todo lo contrario y eso precisamente es lo que hemos venido denunciando. Una vez más, te aconsejaría que leyeses sobre este tema.
En cuanto a lo del producto de mercado no sé a lo que te refieres. ¿A las secciones de productos alimenticios de los países de los inmigrantes que hay en muchos supermercados? ¿A los productos y servicios bancarios específicos que ofrecen muchas entidades? ¿A los consejos que elaboran las asociaciones de consumidores? ¿A los cursos de formación que organizan los centros de profesores? ¿A los estudios de interculturalidad? Hay que ser más precisos.
Pero volviendo al tema del debate que, como dice el título, trata sobre las carencias en las políticas educativas con jóvenes inmigrantes, entiendo que tenemos que aportar propuestas concretas. Planteas que no hablemos de inmigrantes y sí de escuela inclusiva, supongo que en esa propuesta habrá un modelo concreto de enseñanza de L2 y también una teoría concreta sobre adquisición de lenguas, ¿o no? Sería de gran ayuda que puedieses darnos a conocer ambos aspectos para tener más datos respecto a este tema que sin duda, nos preocupa a todos.
Un saludo.
Félix Villalba
Carolina escribió
Hola, la verdad es que hace muchísimo tiempo que no escribo en castellano y que seguramente cometeré errores ortográficos.
Me encuentro en Italia, mi pais de inmigración, donde formé mi familia, mi vida y mi L2. Actualmente trabajo enseñando el italiano a los niños extranjeros o que llegan a Italia con las adopciones internacionales.
Creia encontrar un buen debate, pero me encontré con gente más interesada en cuestionar al autor del artículo que en cuestionar el problema de la formación de los niños, adolescentes y adultos que se encuentran en la condición de aprender un L2.
En Italia el tema es muy simple, se ocupan de la emergencia, se enseña la letto-scrittura y listo, si saben leer y escibir ya está!!!. El problema real lo representa la lengua del estudio, que no es la misma que se usa para comunicar. Siguiendo las leyes de este país, los educandos se «depositan» en las clases correspondientes en base a la edad anagráfica y si no logran superar las pruebas es porque son «vagos», porque los padres no se interesan, etc.
Me indigna que esta gente se comporte asì. Me indigna que una personalidad importante en este país en cuestiones de intercultura me haya dicho «el italiano lo tienen que enseñar los italianos». Me indigna que haya gente que cuestione a los otros y no logren cuestionarse!!!.
Sandra Granel escribió
Hola a todos. Yo me incorporo un poco tarde a este debate, pero me parece muy interesante. Os voy a dar mi opinión sobre el tema pero teneis que tener en cuenta que hace 13 años que no vivo en España y puede que haya innovaciones que desconozco.
Para empezar os diré que a los alumnos llegados de otro país, sea el que sea, que tienen otra lengua materna que no es el Español, se les debería aplicar un currículo específico de ELE. No es malo poseer dos o tres lenguas lo que es nefasto es que a todos se nos evalue por el mismo rasero. El ministerio de educación o el Instituto Cervantes deberían tener un programa específico para poder abordar esta situación cotidina.
Así que yo creo que a los chichos y chicas llegados de otros países se les debería proporcionar durante el tiempo que sea necesario las herramientas para poder ir al cole. Esto es castellano, castellano y castellano. Una vez hayan alcanzado un mínimo imprescindible en la L2 podrán empezar a adquirir conocimientos. (quizás es esto lo que hacéis en las aulas de inmersión?).
También creo que la selectividad y las pruebas oficiales españolas deberían tener dos tipos de criterios de evaluación para la misma prueba: una para los españoles y otra para los nuevos-llegados. De esta manera no se discriminaría y se tendría en consideración a las personas que no tienen el español como lengua materna.
Hablando de consideración, por qué no tienen estos nuevos-llegados clases de lengua materna? Aunque fuera una vez por semana, aprenderían a leer y a escribir en una lengua mucho más cercana a ellos que la L2, y eso les llevaría a poder incorporar la L2 más rápidamente.
Un saludo,
Sandra
Igor Ibarrondo escribió
Estimados amigos. Me incorporo un poco tarde al debate y no sé si ya estará pasado y ahora andaréis en otras cosas. Yo trabajo en un centro privado de educación, en el cual trabajamos con los nuevos PCPI, así pues atendenmos a un colectivo muy importante de inmigrantes, con grandes carencias lingüísticas en español. Este centro está en Bilbao.
Nosotros tenemos la suerte de haber contado con la cercanía de la Universidad de Deusto y el centro de español, con los que hemos trabajado y nos han transmitido esta idea de enseñanza de español para alumnos, sea cual sea su procedencia, salvando ese racismo institucional. Todavía estamos trabajando en esta línea y tenemos mucho que avanzar.
Por otro lado tenemos que reconocer la ayuda del departamente de educación de la comunidad autónoma del País VAsco , dándonos ayudas para el refuerzo lingüístico y el proyecto intercultural, que nos ha permitido especializarnos en este campo y dedicarnos a formarnos en este campo.
Pero todavía queda mucho por caminar, y aunque estando de acuerdo que no es bueno priorizar la imagen del pobre desheredado. Y así nuestras propuestas curriculares, tanto de español como de aprendizaje profesional han de ser anviciosas, pues esto nos asegurará una buena inserción socioprofesional. Pero no podemos olvidar que nuestros alumnos y alumnas están viviendo situaciones muy duras, y que aún siendo alumnos de enseñanza obligatoria, y no haber alcanzado las competencias básicas, por haber superado la edad de 18 años, carecen de ayudas que garanticen una equidad en la formación básica.
Es por esto por lo que reclamamos tambien al sistema educativo, que vele por la equidad en la eduación y por garantizar una situación a las personas para que puedan acceder en iguales condiciones al sistema educativo. Esto podría articularse, coordinando ayudas de educación con ayudas sociales, de tal forma que hubiese unas becas ligadas a la foramción, que garantizasen las necesidades básicas de los alumnos de enseñanzas obligatorias, aunque hayan superado la mayoría de edad.
Un saludo y muchas gracias por enseñarnos tantas cosas respecto a este tema tan importante para nostoros.